Hoy no escribiré sobre Burbia, ni siquiera sobre El Bierzo, hablaré en general de los espacios rurales que merecen sin duda alguna una reflexión más amplia y profesional. De todos modos ésta es solamente la mía:
Sin ánimo de desanimar, pero con ánimo de criticar, hoy me he propuesto hacer un pequeña reflexión sobre el abandono de las diferentes administraciones hacia el medio rural.
Un medio que ya de por sí ha sido castigado por un aislamiento y una falta de servicios que, se suplen en muchas ocasiones, con la energía de sus habitantes, la cual por otro lado cada vez está más de capa caída (como es lógico). Unos habitantes que a lo largo de la historia han tenido que ser productores y gestores de un medio obviado en las políticas de desarrollo hasta hace poco tiempo. Pero lo más triste es que esos vecinos han llegado al punto en el que abandonan las iniciativas comunales que les caracterizaban, por falta de entusiasmo e individualismo.
Y es que, que los políticos no nos representan ni trabajan para los intereses de los ciudadanos ya lo tenemos asumido, pero que otras instituciones creadas para este fin concreto estén acogiendo el mal hábito del pasotismo instalado por defecto entre nuestra clase política y actualmente entre los propios vecinos, eso sí es un problema.
Es cierto que debemos dejar de quejarnos y echar la culpa de nuestros males al resto del mundo, pero resulta difícil que una población rural de cualquier tipo consiga mantener la energía para trabajar en nuestros pueblos ante esta inercia global.
Aún así, creo firmemente que es posible, y que muchas asociaciones y algunas personas individuales lo intentan, eso sí, siempre encontrando al "plasta" de turno que impregna cualquier actividad con el negativismo preponderante en esta sociedad, quizás por falta de formación, ignorancia o chovinismos absurdos (muy al día en el mundo rural).
En mi opinión, hemos de superar esos localismos y la falta de cooperativismo que las instituciones indirectamente nos están imponiendo, aunque ellas nos "venderán" que están trabajando como nunca por este medio y que no se puede hacer más.
Insisto, se puede y se debe hacer más, y existen personas, grupos y organismos que día a día y año tras año lo intentan y lo consiguen (en nuestro caso concreto y por no mencionar nombres, os puedo decir que hay asociaciones que poco a poco realizan actividades-que en muchas ocasiones no les corresponden-pero que son muy necesarias y de gran valor para los pueblos que nos rodean).
Hemos de valorar y apoyar (aunque solamente sea moralmente) a esas personas y organizaciones que no desisten, que están luchando por mantener y mejorar este mundo rural abandonado no solo por la clase política, sino también por algunos de sus habitantes cansados de la lucha e impregnados de un egoísmo negativo que hemos de dejar de lado puesto que no nos lleva a ninguna parte.
Quizás hoy me he puesto un poco más crítica de lo normal, pero no está en mis palabras la pretensión de difundir el desánimo, lo que intento es todo lo contrario, alentar a que no nos demos por vencidos: Se pueden hacer cosas sin el apoyo político.
Creo que podemos y debemos seguir luchando por un espacio rural vivo, dinámico y cada vez más necesario en este mundo global en el que nos movemos.
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